domingo, 17 de febrero de 2008

Eternas Lágrimas de Sangre

Un día más os vengo con otro de esos relatos que tenía metidos en lo más profundo de los recuerdos. Esto es de hace más de ocho años, cuando aún estaba en el Instituto y en vez de hacer caso a los profesores me lo dedicaba a escribir cosas como lo que encontraréis a continuación.

Debo reconocer que como soy como soy, es algo de lo que me siento francamente orgullosa porque no he vuelto a escribir nunca algo similar a esto y eso significa mucho para mí. Intentaré ir poniéndoos cosas más nuevas, noticias y tal, porque la verdad es que ahora mismo me estoy aferrando a escritos del pasado en vez de traeros cosillas nuevas.

Soy de lo que no hay.

Espero que lo disfrutéis.

Soy cuerpo putrefacto en caja de pino carcomido. Soy alma liberada que se encuentra encarcelada en cárcel invisible. Soy sangre coagulada en heridas cerradas. Soy herida abierta en corazón destrozado. Ya no existo. Soy muerte en vida, vida en muerte. Soy nadie, soy nada. Soy espíritu intranquilo que camina sin rumbo fijo. Soy lágrima helada que no se derrama. Soy grito ahogado de pesadilla nocturna. Soy el frío repentino que aparece en noche veraniega. Soy hielo mientras me encuentro en un infierno. Palabras dichas que a la larga no son nada, palabras que el viento trae y que el viento lleva, que te las da y te hace sentirte diosa del mundo, te las quita y te deja sepultada en los confines del subsuelo. Flechas de fuego, saetas inciertas que disparadas te alcanzan, te llevan a otro mundo y te de repente te las arrancas y aquellas que cuando se clavaron te dolieron, al ser arrancadas dejan heridas que jamás cicatrizarán, heridas perpetuamente sangrantes por las que se te escapará el ama y dejará tu cuerpo como una cáscara vacía. Soy la oscuridad que ciega los ojos antes del desmayo. Soy muerte. Muerte fría, muerte helada, muerte que destruye ¿muerte que libera?. La sangre recorre mi interior, me da fuerzas y me destruye, mi corazón está roto en mil pedazos. Grito por no comprender lo que me sucede. Soy cuerpo inerte en lecho de satén negro, de terciopelo negro. Camino entre los vivos con mi cuerpo muerto. Soy ser sin sentimientos. Alma congelada. Corazón entre hielos perpetuos. Lentamente llega mi fin y yo me abrazaré a la Parca y me llevará a la Noche Eterna y marcharé riendo, primera vez desde hace tiempo porque me llevara a conocer la Laguna, a bailar con las ánimas. Amante de la oscura Hécate. Muerte, muerte, muerte… no vida, no roble, no algo… nada, eso soy, nada. Alma encarcelada en este World of Darkness, en este WoD de ilusiones que no me llevan a nada… ¿Amor? Simple espejismo. ¿Existe? No para mi, no para un cuerpo eternamente muerto, no para un alma eternamente congelada… sin verdaderos sentimientos. Y aún así me aferró en un intento por sentirle cuando se que jamás lo lograré… ¿o sí? ¿lo he logrado ya? Tengo que decir que sí… pero ahora se me antoja tan lejano… tan efímero… ¿Qué siento ahora?… No lo sé… no sé lo que sé lo que hay en mi interior y aun así… hay unas palabras latinas que se me repiten una y otra vez…

“Tanto speravit ut concluserim te iam non existere”

… Y mientras tanto… mientras espero… ¿o ya lo he alcanzado? Sigo muriendo, sigo siendo muerte, cuerpo inerte, alma helada, cáscara hueca…. Muerte…. Derramando lágrimas de sangre…. Eternas lágrimas de sangre…

No hay comentarios: